La experiencia de un niño de 4 años de Xàbia, al que no le importó que sus compañeros se burlaran cuando se disfrazó con un postizo azul, da pie a un proyecto educativo que combate los estereotipos
Luca y Manel han escrito la palabra fin en el cuento de nunca acabar de los prejuicios. Esta historia comienza con una peluca. Era azul. Y se la puso Luca, que entonces tenía 4 años, cuando en el colegio de Xàbia en el que estudia, les dijeron que para el día de Carnaval debían ir disfrazados. Los niños de su clase acudieron con capas de superhéroes. Y las niñas, vestidas de princesas. Luca llevó su peluca y tuvo que soportar burlas y risas de sus compañeros en aquella jornada.
Lo que ninguno de ellos intuía es que el verdadero superpoder estaba en aquella peluca azul. No de otra manera se hubiera convertido en un símbolo de ese combate diario que se libra en todos los ámbitos contra los estereotipos vinculados al sexo. Luca sí encontró el apoyo de su hermano mellizo, Manel, quien no necesita peluca pues los tirabuzones le llegan a los hombros. Juntos se rebelaron contra los prejuicios en el colegio. Juntos preguntaron que quién ha decidido que las niñas vistan de rosa y lila, y los niños lleven azul y verde.
La experiencia de Luca es ahora «un cuento para valientes». Para niños y niñas valientes que cuestionan la rigidez del mundo y sus normas postizas. Para padres valientes que, con sus hijos, se hacen preguntas. Y para educadores inteligentes dispuestos a derribar convenciones sociales y tabúes.
También son valientes los que han convertido La peluca de Luca en una historia que ya se abre paso por el nuevo boca-oido de las redes sociales y que pronto será también de papel. La Naturadora ideó el cuento. No podía ser de otra forma, ya que Helena, una de las socias, es la madre de los dos hermanos protagonistas de la historia, Luca y Manel. Los padres también aprenden de los hijos. Sus preguntas inocentes son casi las más revolucionarias.
La historia se hizo dibujo con el lápiz del ilustrador Vicent Poquet, quien también diseñó la página web que difunde este cuento. Y Eltakataca se encargó de la programación en la red, el video promocional y también hará la versión animada e interactiva del cuento.
Luego estaba el sempiterno problema de conseguir financiación. En este caso, la plataforma Verkami ha abierto las puertas del micromecenazgo. Ya se han sumado casi 150 mecenas y sólo queda un pequeño empujón para llegar a los 6.000 euros que permitirán que La peluca de Luca entre en imprenta probablemente durante este mismo mes.
Guía didáctica para los colegios
La edición del cuento es, sin embargo, sólo el primer paso. Una peluca que primero fue azul y que ahora ya tiene toda la gama cromática de la tolerancia ha inspirado un original proyecto educativo. El objetivo es llevarlo a los colegios y editar incluso una guía didáctica sobre el respeto y la igualdad. El mundo es menos estrecho cuando se mira sin prejuicios.
De momento, La peluca de Luca ha hecho camino. Las aportaciones económicas han llegado incluso desde Canadá y Australia y el interés por el cuento y el proyecto educativo no deja de ir a más. Las presentaciones en la librería Ambra de Dénia y en Ca Revolta, en Valencia, han azuzado la curiosidad por un proyecto que, como todos los que llegan lejos, surgió de apartarse de la línea recta. Para Luca fue un juego, un arranque de inocente rebeldía. No le importó que sus compañeros se rieran de él. Como en el viejo cuento de El traje nuevo del emperador, rompió una norma absurda. Los estereotipos son lo mismo: un traje invisible que todos llevamos puesto.
Fuente: http://www.levante-emv.com/comarcas/2013/01/21/peluca-inspiro-cuento/968194.html